La existencia de Janine transcurre sin contratiempos hasta que es víctima de un asalto en el metro, lo que provoca que su mundo se derrumbe. En un intento por escapar de su sufrimiento interno, se dirige al pueblo donde reside su padre, con la esperanza de ocultar sus cicatrices. No obstante, lejos de hallar la tranquilidad, se verá atraída por su faceta más sombría.