A los 16 años, Ashley se vio forzada a entregar a su hija. Dieciocho años más tarde, en la víspera de su primer encuentro, la joven desaparece sin dejar indicios. La única persona que acompaña a Ashley en este difícil momento es Jake, su antiguo novio. Su vínculo se pone a prueba cuando Jake se entera de que él también es el padre de la niña.