Los investigadores de fenómenos inexplicables, Ed y Lorraine Warren, se enfrentan a lo que se transformará en uno de los casos más notorios de su carrera. La batalla por el espíritu de un menor los lleva a experimentar situaciones inéditas, marcando la primera ocasión en la historia de Estados Unidos en la que un acusado de homicidio alegaría posesión demoníaca como argumento de defensa.