Pornhub, la plataforma de contenido para adultos más reconocida en la red, ha revolucionado por completo la manera en que se produce y se distribuye la pornografía. De este modo, los creadores de contenido erótico han logrado acceder a una audiencia inmensa, mientras la empresa ha acumulado una fortuna. No obstante, también ha sido objeto de críticas por presuntamente promover la trata de personas y por alojar material no consensuado en su página. Mientras las organizaciones que combaten el tráfico sexual buscan justicia para las víctimas, surge la pregunta: ¿podrá este gigante de internet salvaguardar a quienes generan ingresos o se está gestando una nueva ola de censura contra los actores adultos que producen pornografía consensuada?