Siglo XV, China. Dos mercenarios, uno de Inglaterra y otro de España, llegan a tierras chinas en busca del misterio de la pólvora. Durante su travesía, se topan con una criatura aterradora; al llegar a su destino, descubren que la Gran Muralla no fue erigida para protegerse de los mongoles, sino de una amenaza mucho más temible y oscura: la criatura que los atacó no se encuentra sola.