Situada en los días previos a la Segunda Guerra Mundial y en los últimos momentos de su vida, Freud convoca al célebre escritor C.S. Lewis a un diálogo sobre la existencia de Dios. A través de la singular conexión de Freud con su hija Anna, quien es lesbiana, y la relación poco convencional de Lewis con la madre de su mejor amigo, la película entrelaza el pasado, el presente y la fantasía.