Inspirada en hechos reales, esta película se sitúa en el ámbito internacional del tráfico de armas. La trama investiga una consecuencia poco conocida del colapso de la Guerra Fría: la enorme cantidad de armamento que, de manera repentina, se volvió accesible en las antiguas repúblicas soviéticas para su venta a naciones en desarrollo, especialmente en África. Asimismo, se examinan las enormes fortunas acumuladas por los traficantes de armas que llevaron a cabo estas transacciones. Muchos consideran que este fenómeno representa el mayor robo del siglo XX. Solo en Ucrania, entre 1982 y 1992, se sustrajeron más de treinta y dos mil millones de dólares en armamento, y hasta la fecha, ningún responsable ha sido capturado ni llevado ante la justicia.