Atilio inicia una nueva etapa en su existencia cuando su hija Mónica toma la complicada decisión de ingresarlo en un hogar de ancianos. Sin expectativas y sumido en la apatía, Atilio se adapta a su nuevo entorno. Allí, entabla amistad con Beto, un hombre ingenioso y curioso, quien le ofrece la oportunidad de escapar en secreto. Juntos, logran fugarse del geriátrico para rendir homenaje en la tumba de su fallecida esposa. En el silencio de la medianoche, son testigos en el cementerio de un operativo encubierto de lavado de dinero. Un grupo de individuos manipula dinero oculto en un ataúd dentro de una bóveda. Impulsados por la posibilidad de redefinir sus vidas y por el botín, Atilio, junto a Beto y Doña Rosa, una mujer astuta e intrigante que también reside en el lugar, comienzan a involucrarse en la investigación, aprovechando la oportunidad para dar un nuevo propósito a sus vidas.