Pablo siente aversión por todo hasta que Lucía llega a su vida; ella es la mujer de sus sueños y la respuesta a todos sus inconvenientes. Sin embargo, Lucía, con su personalidad manipuladora, resulta ser el detonante que lleva a Pablo al límite. Nadie cree que Pablo y Lucía sean la pareja perfecta, ni siquiera los amigos de Pablo, quienes también están en relaciones complicadas. Entre Ariel y Lola hay una competencia profesional que no saben cómo resolver, Claudio cohabita con Natalia y ninguno de los dos está satisfecho, mientras que la problemática entre Alejandro y Beatriz radica en la diferencia de edad que los separa. Nadie está realmente feliz en su relación, pero todos optan por mantener el status quo, tal vez por compromiso o simplemente por pereza.